Me encanta una mega-iglesia, porque desata nuestra creatividad respecto a producción de cultos. Mi sueño es poner en escena cultos 3D, para gloria de Jesucristo.
Lo que no me gusta de las mega-iglesias es que los miembros llegan a convertirse en números. Y según leo en Juan 10:3, «el pastor llama por nombre —no número— a sus ovejas». En ese sentido, se requieren iglesias-menores; es decir, espacios físico-espirituales, no tan pequeños ni tan grandes, para entrenase, desarrollarse y dar sus pasos significativos.
Pero los dones y talentos sirven para poco sin desarrollo de identidad personal-espiritual. Y para ello, se requiere seguimiento, pastoreo, y mentoreo. Llevarlo a cabo en grupos pequeños es lo óptimo.
¿Qué estamos haciendo en Héroes21? Estamos edificando una mega-iglesia, basada en iglesias-menores, y ésta a su vez en grupo-pequeños.