Llegué a los 50.
Lo vi tan lejos, hasta que llegó.
Critiqué a los que se bajaban de años, y ahora los comprendo.
Me caían mal los tíos que se vestían como jóvenes, y ahora ya estoy en ése club.
Solo me queda motivarme con «mi década de máxima fructificación ha empezado».
Mi esposa me regaló una colección de video-saludos de mis amigos, y aquí te lo comparto: