La primera vez que leí a Ted Dekker (Piel) viví con el corazón latiéndome en la garganta , la mano rascándome la cabeza y las piernas entrecruzándose en todas las direcciones. En esta mi segunda lectura, En un instante, también me pasó lo mismo, aunque ligeramente menor. Menor, pues a diferencia de Piel, la trama me resultó casi predecible.
En un instante puedo resumirlo así: Un joven genio norteamericano se conoce con una princesa del medio oriente fugitiva de un matrimonio negociado. Él joven la salva innumerables veces de sus perseguidores, y terminan finalmente enamorados.
¿Predecible? Claro que sí. No obstante, la forma de narrar la historia y los datos científicos y culturales en escena, te cazan como el anzuelo al pez. ¡Compruébalo por ti mismo!