Si hay pasaje bíblico idóneo como para hablar de productividad es la Parábola del sembrador, de Mateo capítulo 13.

Entiéndase productividad como resultado y fruto. No

En la Parábola del sembrado, Jesús nos enseña que el sembrador salió a sembrar, pero las semillas cayeron en 4 tipos de corazones.

😔 El distraído

Dice el versículo 19:

Cuando alguien oye la palabra acerca del reino y no la entiende, viene el maligno y arrebata lo que se sembró en su corazón. Ésta es la semilla sembrada junto al camino. 

El Señor le da ideas, y más ideas, y muchas ideas,  pero no capta ninguna. ¿Por qué? Porque está distraído. Le entra por una oreja y le sale por la otra, diría mi abuela. 

😀 El superfluo

Leemos en el versículo 20 y 21:

El que recibió la semilla que cayó en terreno pedregoso es el que oye la palabra e inmediatamente la recibe con alegría; pero como no tiene raíz, dura poco tiempo. Cuando surgen problemas o persecución a causa de la palabra, en seguida se aparta de ella.  

Este hace todo lo que le dicen, hasta cansarse, pero luego tira la toalla. ¿Por qué? Porque no profundiza. No se  adentró en la idea . No investigó más la idea. El resultado: ruina a la primera dificultad.

🥱 El intrascendente

Leamos el versículo 22:

El que recibió la semilla que cayó entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas la ahogan, de modo que ésta no llega a dar fruto.

Este recibe la idea, ve que le conviene, y la pone por obra. No se preguntó por qué, ni para qué, simplemente vio que le conviene y lo puso en acción. Al pasar el tiempo, le falta motivación, cae en la rutina, y termina tirando la toalla.

🙂 El productivo

Leemos el versículo 23:

Pero el que recibió la semilla que cayó en buen terreno es el que oye la palabra y la entiende. Éste sí produce una cosecha al treinta, al sesenta y hasta al ciento por uno.

Este, captó la idea, profundizó y se armó de motivación y propósito trascendentes, y el resultado que dio fue a 30, 60 y 100 por uno.

Conclusiones

Aprende a captar ideas. Siempre que escuches o leas algo, apunta las ideas.

Profundiza las ideas. Estudia. Investiga. Echa raíces.

Busca la trascendencia. Que el beneficio monetario sea consecuencia. Que el preocuparte por ti se convierta en ocuparte en tu propósito.