Testificar es narrar, verbal y no verbalmente, lo que Dios ha hecho y está haciendo en tu vida, en todo momento y lugar, de modo que los que te oyen sean convencido por el Espíritu Santo y los que te ven glorifiquen a Dios.
El encargo del testimonio
- Encargo implícito: Ser testimonio (Hch. 1:8).
- Encargo explícito: Dar testimonio.
La presión en el testimonio
- Presión implícita (testificar (gr) = mártir).
- Presión espiritual («ahora de cristiano, me va peor»).
- Presión social («bebedor social»).
- Presión política (abierta del 50 al 70).
- Pesión laboral (¿trampillas? ¿robillos?).
- Presión financiera (el vivir bien también habla).
El sufrimiento del testimonio.
- Sufrimiento con causa («sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo» 2Tim2:3).
- Sufrimiento propio.
- Sufrimiento colateral.
- Sufrimiento con resultado.
El premio del testimonio.
- Premio ahora («no hay nadie que haya dejado… y reciba cien veces más» Mat19:29).
- Premio después («y en el siglo venido, la vida eternas». Mar10:30).
Conclusiones
La gran comisión implica ser testigos y dar testimonio del maestro, lo cual no es nada fácil, pero en sí es uno de los propósitos para lo cual fuimos llamados, y también es nuestra gloria.
4 respuestas
Muy bueno me ha servido mucho! Bendiciones
… me alegra!
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