Sobre el testiominio

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Testificar es narrar, verbal y no verbalmente, lo que Dios ha hecho y está haciendo en tu vida, en todo momento y lugar, de modo que los que te oyen sean convencido por el Espíritu Santo y los que te ven glorifiquen a Dios.

El encargo del testimonio

  1. Encargo implícito: Ser testimonio (Hch. 1:8).
  2. Encargo explícito: Dar testimonio.

La presión en el testimonio

  1. Presión implícita (testificar (gr) = mártir).
  2. Presión espiritual («ahora de cristiano, me va peor»).
  3. Presión social («bebedor social»).
  4. Presión política (abierta del 50 al 70).
  5. Pesión laboral (¿trampillas? ¿robillos?).
  6. Presión financiera (el vivir bien también habla).

El sufrimiento del testimonio.

  1. Sufrimiento con causa («sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo» 2Tim2:3).
  2. Sufrimiento propio.
  3. Sufrimiento colateral.
  4. Sufrimiento con resultado.

El premio del testimonio.

  1. Premio ahora («no hay nadie que haya dejado… y reciba cien veces más» Mat19:29).
  2. Premio después («y en el siglo venido, la vida eternas». Mar10:30).

Conclusiones

La gran comisión implica ser testigos y dar testimonio del maestro, lo cual no es nada fácil, pero en sí es uno de los propósitos para lo cual fuimos llamados, y también es nuestra gloria.

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