mAxima # 62

Cuando nos tocaba educación física en el colegio, el profesor nos ponía a jugar basket, luego de una serie de ejercicios.

En su soberana voluntad, el educador escogía a tres estudiantes, para que a su vez escojan, por turno, a los que serán de su equipo, y nos poníamos a jugar.

¿A quiénes escogía? ¿Por qué los escogía?

La veces que me tocó ser quién escoja, me salteaba sobre los que me caían mal e ignoraba a los que que pensaban distinto a mí.

Treina años después, veo que escogía a los que se parecen a mí, y no a los que necesito para lograr a la meta.

Lo sintetizo en esta mAxima: Que no sean como tú, no significa que sean imperfectos.

 

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