Gilbert Rodríguez: «No tomes tu preparación muy a la ligera»

Una breve charla con el pastor de jóvenes de la Iglesia Bíblica Emmanuel, sobre cómo ve a la juventud de hoy, y los ajustes que deben hacer en cómo los pastoreamos, de modo que cumplan el propósito de Dios para sus vidas.

 

¿Cuánta vida con propósito ves en la juventud de hoy?
Hay más que antes. Los muchachos de hoy tienen clara la situación que quieren. No sólo qué estudiar, también qué quieren ser en la vida. Claro está que también hay quiénes vuelan fuerte. Eso no tiene nada de malo. Lo importante es ayudarles, como padres, pastores y líderes, a aterrizar sus sueños, que a veces pueden convertirse en propósito.

¿En que falla la mayoría de jóvenes en lo que se refiere a vivir con significado?
Yo puedo soñar con ser alguien, llegar a tal lugar, tener tal meta, etc. Pero cuando Jesús ocupa el primer lugar en nuestra vida, lo más importante es conocer el plan que Dios ha diseñado para mi vida, a mi medida.

Los jóvenes de este tiempo, a diferencia de mi poca, son jóvenes que tienen más oportunidades de estudio. Pero lo que veo es que algunos lo están tomando muy a la ligera. No están valorando esta oportunidad y accesibilidad.

¿Cómo pastoreas a los que están bien secularmente y mal espiritualmente o al revés?
No todos tienen llamado pastoral. Habrán muchos profesionales que van a desarrollarse de manera impresionante y de influencia en una entidad pública o privada. Y la manera cómo los pastoreo es enseñándoles principios y preceptos bíblicos para que sepan cómo tomar decisiones correctas en medio de situaciones cotidianas, unas más complejas que otras, tanto laboral, personal, y familiarmente, de modo que cumplan el plan que Dios ha diseñado para sus vidas.

El problema de hoy es que para muchos pastorear es controlar, rasgarse las vestiduras y terminar con el caído.

Pastorear es cuidar-enseñar, y apacentar-guiar, a depender de Dios, a relacionarse con Dios, a conectarse con Dios, que ello producirá en mi el querer como el poder.

Creo que la mejor manera de enseñarles comunión con Dios es sentarse con ellos, sea individual o grupal, y ser los primeros en decirles esto me habló Dios, esto aprendí, esto me confrontó. Esto nos hace vulnerables como líderes, y eso es lo rico.

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