Ganar, aunque sufriendo

¡Quería que ganen, pero sufriendo! Y se cumplieron mis predicciones.

Argentina salió a matar los primeros 75 minutos. Los franceses, en cambio, con respeto cuasi intimadatorio por un equipo condenado a la victoria, o sufrir el acribillamiento de una nación sediento de copa mundial.

Con dos goles a cero, y el pitido final a punto de sonar, era imposible de ser superados.

Imposible, matemáticamente.

Pero como no existe matemática en el fútbol, su confianza en lo imposible les llevó a cometer un error.

Los franceses solo querían perder con honor, y aprovecharon ese error para convertir su primer gol.

Este primer gol fue la excusa perfecta para recordar que disputaban un partido entre Europa y un país del tercer mundo. ¡Si no metieron más goles, es porque se acabó el tiempo complementario!

El tiempo suplementario fue más un show de potencias; potencia económica versus potencia futbulera. ¡Pura resilencia! ¡Resilencia pura!

Los penalties es más suerte que matemática; es más astucia que estretegia; es más stress que energía. Y en Qatar 2022, la fuerza acompañó a la albiceleste; y ganaron, aunque sufriendo —como todo en la vida.

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