3 Niveles de evangelismo

A puertas del Día de evangelismo global —30 de mayo; no lo sabía—, te comparto 3 síntesis en cuanto a niveles de evangelismo se refiere.

Uso la palabra niveles porque implica crecimiento y desarrollo al cual aspirar. Lo que significa que hay muchos tipos, maneras y modalidades en cada nivel.

Imagen by intheskies @ fotolia.com
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Evangelismo como pasión diaria

Este nivel es con el que sueñan todos los pastores —comenzando con este blogger— para sus ovejas. Viviríamos saltando de un pie si nuestros pastoreados ganaran cada día una alma para Cristo.

Por cierto, yo conocí a un inglés tan apasionado por evangelizar que no podía encontrarse con alguien y no hablarle de Cristo. Lo llevé a una cabina Internet para chatear con su esposa, y en los 10 segundos que le tomó para pagar por el servicio, ya había evangelizado al cobrador. Fuimos a almorzar a mi casa, y ni bien le presenté a un familiar recién llegado, aprovechó el estrechón de manos para hablarle de Cristo. Tomamos taxi para ir a la radio, y aprovechó la parlanchinería del conductor para exponerle el evangelio durante los 45 minutos de trayecto.

Al término de la entrevista radial, y luego de ver en la pared un póster gigante de un estadio repleto de gente, preguntó:

—¿Cuánta personas reunieron?

Al anfitrión se le escarapeló el cuerpo y respondió: —Unas 40 mil personas.

—¿Y cuánta gente hay en Lima? —preguntó el gringo haciendo mueca de ignorancia.

—Más de diez millones —respondí yo, mediando la conversación.

—40 mil entre 10 millones —empezó a carburar en voz baja mi invitado—. Y multiplicado por 100 —siguió con el calculó—.

—Cero punto, cuatro por ciento —gritó un metiche del fondo.

—¿Y ustedes están alegres y felices con 0.4%? —nos confrontó.

Menos mal que mi invitado volaba a Miami esa noche, pues me hacía falta pedir perdón a Dios por no tomar en serio el encargo de nuestro Señor de llevar su evangelio, por lo menos, a toda mi ciudad.

Evangelismo como programa ocasional

Este nivel consiste en actividades evangelísticas desde una iglesia local o ministerio «para» (o pro) eclesiástico.

Hay iglesias que durante el año salen a hacer obra social a las calles; otras a presentar obras de arte en calles y plazas; otras a dar charlas en colegios y universidades; otras a repartir folletos de casa en casa; y casi todas le dan énfasis evangelístico a sus reuniones dominicales, e incluso se inventan eventos para el mismo fin.

No hay cristiano que no haya pasado por el primer nivel, unos en mayor y otros en menor intensidad, durante los primeros años de su vida en Cristo. Lo llamamos primer amor, y quisiéramos que así fuera por el resto de la vida, pero luego de pisar tierra y ser exhortados públicamente a volver al primer amor (Apo.2:4), buscamos enrolarnos en programas evangelísticos de nuestras iglesias.

Éste es el nivel esperado en toda congregación. Ya que no puedes evangelizar todos los días, lo menos que se espera es que estés involucrado en las (pocas) actividades evangelísticas del año. Las iglesias más exigentes, en las actividades semanales del año.

Evangelismo como proyecto de vida

Este tercer nivel, creo yo, debería ser la meta para todo creyente: Evangelizar por medio de su proyecto de vida.

Es obvio que todo lo que se hace por la iglesia, para la iglesia y desde la iglesia sea para la gloria de Dios. Pero también tenemos que glorificar a Dios de lunes a viernes. ¿Cómo? A través de lo que haces en horario laboral.

¡Basta de teorías! Déjame contarte casos de la vida real para ilustrar este punto.

La hermana Juana, una humilde mujer de Dios, todos los días se pone en la puerta del mercado de su barrio para vender material discográfico. Entre su amplio catálogo encontramos las producciones musicales de los nominados y ganadores de los premios Grammy, en la categoría cristiana.

Independientemente si Juana es consciente de la naturaleza de su negocio, me fascina ver cómo exhibe los CDs y DVDs en su stand, y sobre todo el volumen de su speaker, como para que ningún oído la ignore a diez metros a su alrededor.

¿Está evangelizando? ¡Por supuesto! Más que tú y yo que vivimos más formales que ella. Para muchos, una venta es el almuerzo. Para Juana es una alma para Cristo.

Te cuento otro caso.

Julio es un hombre de Dios con grado de instrucción superior y alto espíritu de emprendedorismo. Hace muchos años empezó un colegio con el firme propósito de discipular —no sólo evangelizar— a las próximas generaciones. Hoy es un colegio emblema en su ciudad de casi un millar de alumnos.

Para muchos empresarios un colegio es una buena oportunidad de negocio. Para Julio es una buena plataforma de discipulado, y de paso, un buen negocio.

Otro negocio (con propósito) que emprendió Julio es una cancha de fútbol. Y de igual manera, la estructuró para que cada amateur reciba el evangelio a través de un buen servicio. Para cualquier dueño de canchas de fútbol cada transacción de alquiler es un ingreso. Para Julio, cada transacción es una sesión de buen testimonio evangelístico.

¿Te cuento el caso que más me emociona?

El caso que más me emociona es C. S. Lewis. Los cuentos que escribió, Las Crónicas de Narnia, además de ser riquísimas piezas literarias, son explícitamente evangelísticas.

Su éxito en el cine no fue porque la iglesia organizada —o promotores del cine cristiano— suplicaron apoyo. Sino porque no queda otra que rendirse masivamente a tanto arte elevado a la n potencia de imaginación.

Conclusiones

Los niveles de evangelismo está asociado a la temporada espiritual que estemos viviendo y al grado de responsabilidad social asumida.

El fuego de nuestro primer amor debe llevarnos a participar activamente en programas evangelísticos de nuestras iglesias, lo cual se complementará con nuestro proyecto de vida si es que le damos un toque evangelístico, implícito o explícito.

¿Qué otro caso sabes de evangelismo a través de un proyecto de vida?

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