Hay un par de pecadillos que se suele cometer tanto al escribir como al responder e-mails.
1. Escribir en antiguos e-mails. No está bien tomar un e-mail del mes pasado con asunto «Tarea de matemática» y en el cuerpo indicar a nuestro contacto que no se olvide de llevar helados de chocolate a la clase de mañana, y debajo toda la conversación sobre la tarea de matemática —o algo más solapado: solo cambiar el asunto—. Lo excelente sería crear un nuevo e-mail con asunto «Helados de chocolate» y en el cuerpo el recordatorio de los helados de chocolate, y luego la firma.
2. Responder en nuevos e-mails. Si recibo un e-mail con asunto «Helados de chocolate», lo lógico es hacer clic en Responder de la misma y escribir en el cuerpo mi respuesta, y luego mi firma. ¡No tiene lógica hacer clic en Nuevo Mensaje, poner en asunto cualquier cosa y en el cuerpo la respuesta al recordatorio.
Estas dos malas prácticas, no sólo te hacen ver mal, también te perjudican. En algún momento querrás buscar una conversación antigua y todo se verá entreverado en los resultados. Alguna vez querrás confrontar acuerdos comerciales y en tu búsqueda hallarás cosas sin ilación ni secuencia.